Me niego a hacer spoilers de esta película porque creo que es una experiencia maravillosa el poder verla sin saber qué esperar, cómo me pasó a mí y la disfruté muchísimo.
Para el análisis feminista de Pieles, me voy a basar en el Test de Bechdel. Para quien no tenga ni idea de lo que estoy hablando, el origen del test está en un cómic llamado Dykes to Watch Out For, donde la autora incluye una conversación en la que uno de los personajes explica que ella solo ve películas en las que salgan al menos dos mujeres que hablen entre ellas y cuya conversación no trate exclusivamente sobre un hombre. Si os paráis a reflexionar, aunque parezcan sencillas estas condiciones, hay pocas películas que las cumplen.
Afortunadamente cada día ponemos encontrar más películas que pasan este test. Más concretamente, Pieles, el primer largometraje del joven Eduardo Casanova estrenado este año 2017. De cinco historias yuxtapuestas que se cuentan, cuatro están protagonizadas por mujeres. Éstas interactúan con otras mujeres y sus conversaciones no están exclusivamente centradas en un hombre. No es casualidad que Pieles pueda considerarse feminista, ya que el propio director se autoproclama feminista, y señala en una entrevista que el feminismo que realmente le interesa es el de «la lucha contra los micromachismos y la igualdad absoluta en todo, sobre todo en las cosas pequeñas». En su película, considero que ha conseguido reflejar los problemas de la sociedad patriarcal en la piel de sus grotescos personajes, que no son más que el reflejo de cómo la sociedad decide arbitrariamente lo feo y lo bello y machaca al que no encaja en los socialmente aceptado.
La película me fascina por muchas cosas, entre otras por la capacidad de normalizar todo tipo de cuerpos. No solo me refiero a lo que quizás es más llamativo en la película, como esa extraña condición física de Ana Polvorosa… sino la llamada a la aceptación de nosotros mismos, a vivir más allá de lo que nos dice la sociedad que somos según la piel en la que vivimos. Esto en sí es muy feminista, ya que en general se sufre muchísimo el “body shaming” y todas somos esclavas de nuestro cuerpo por culpa de los altos estándares que nos exige la sociedad.
En Pieles encontraréis muchos roles femeninos muy bien actuados e interesantes. Estas mujeres son esclavas de su cuerpo y deben aprender a empoderarse para poder ser libres, quitándose las trabas que les pone la sociedad para quererse a sí mismas.
En definitiva, si ya no podéis ver una película porque os agobia el machismo omnipresente generalizado en el cine, os recomiendo esta película feminista en tonos pasteles; ¡os encantará!
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